Los frutos secos poseen un alto contenido energético, incluirlos en la dieta diaria traerá múltiples beneficios para su organismo
Los frutos secos son aquellos que de manera natural poseen un 50% menos de agua en su composición. Son una buena fuente de energía, ricos en grasas (sana), proteínas, vitaminas y oligoelementos. Son ricos en fibra, grasas no saturadas, proteínas, vitaminas, minerales y calorías; ayudan a disminuir el colesterol y previene las enfermedades cardíacas.
Se deben ingerir preferiblemente crudos, durante las comidas, no es recomendable ingerirlos en exceso debido a su alto contenido calórico. Por esto es una buena práctica disminuir el consumo de otros alimentos altos en grasas para mantener un equilibrio y evitar el aumento de peso.
Los frutos secos se pueden separar en dos grupos; los frutos secos de cascara dura: almendras, ajonjolí, anacardos, avellanas, bellotas, cacahuates (maní), castañas, hayuco, maní japonés, merey, nueces de Brasil, nueces de Castilla, pecanas, piñones, y pistachos; y los provenientes de frutas desecadas: uvas pasas, ciruelas desecadas, dátiles, etc.
Las grasas saludables que se encuentran en los frutos secos ayudan a disminuir el nivel de colesterol malo y a incrementar el colesterol bueno. Son grasas insaturadas (mono y poliinsaturadas), ácidos grasos oleicos y linoleicos; y otros ácidos grasos como el omega 3, los cuales contribuyen en el control de los triglicéridos y el colesterol. Los frutos secos son útiles en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
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