La revista Nature Communications publico los resultados de un equipo de investigadores de la Universidad de California ha demostrado que la falta de sueño causa cambios en el cerebro asociados con un mayor deseo por alimentos altamente calóricos.
Walker y su equipo llevaron a cabo un experimento en que participaran 23 individuos sanos (13 mujeres y 10 hombres) y examino su actividad cerebral tras una noche completa de sueño y después de una noche sin dormir, durante la mediación de la actividad cerebral, realizada con un escáner de resonancia magnética, los participantes fueron decidiendo cuanto querían comer de un total de 80 elementos que les fueron mostrados.
El investigador agrego “Nuestros resultados han demostrado que las regiones del cerebro relacionadas con la toma de decisiones de alto nivel quedan embotadas por la falta de sueño a la hora de elegir alimentos. Por el contrario, las estructuras profundas del cerebro que controlan la motivación y el impulso se amplifican” además explico, “un hallazgo adicional interesante fue que a los participantes privados de sueño les apetecían más los alimentos ricos en calorías”.
Según Walker explica que esta menor actividad cerebral en regiones que controlan las buenas decisiones, en combinación con la amplificación en aquellas más relacionadas con la recompensa inmediata, encaja bien con las teorías de que la falta de sueño favorece el aumento de peso y la obesidad. Por ello, el científico opina que "promover que la gente duerma un número adecuado de horas puede ser una buena fórmula para facilitar el control de peso en la población, favoreciendo los mecanismos cerebrales que gobiernan una buena elección de los alimentos".