Ellos dedicaron su vida entera a la patria, sus sueños, metas e ideales los llevaron a logran la Independencia de Venezuela.
Sin embargo, sus vidas y logros no les garantizaron una muerte digna. Algunos de ellos fallecieron en manos de traidores y enemigos.
El último adiós de:
Simón Bolívar: Falleció fuera de su tierra, abatido por la eminente separación de La Gran Colombia, sus últimos días los pasó en la hacienda San Pedro Alejandrino donde la tuberculosis que lo aquejaba acabo con su vida.
Antonio José de Sucre: Cabalgando por un estrecho sendero a Cabuyal fue emboscado por cuatro hombres, uno de ellos le grita ¡General Sucre!, este volteo y solo alcanzo a decir: ¡Ay balazo!, poniendo punto final a los 35 años de vida del General.[1]
José Antonio Páez: Fue uno de los próceres más longevos de su época, estando radicado en la ciudad de Nueva York una apoplejía culmina con sus días a los 83 años de edad.[2]
José Félix Ribas: Por orden de Lorenzo Figueroa, fue fusilado el 31 de enero de 1815 en la Plaza Mayor de Tucupido, su cuerpo fue desmembrado, la cabeza frita en aceite y enviada a Caracas.[3]
Rafael Urdaneta: Encontrándose en París tuvo que ser sometido a una cirugía para extraerle un cálculo de la vesícula urinaria que finalmente acabaría con su vida.[4]
José Francisco Bermúdez: Muere asesinado en Cumaná el 15 de diciembre de 1831. [5]