Cecilia Mujica una joven yaracuyana en pro de la independencia, fue fusilada por el ejercito realista a los 23 años de edad.
Cecilia y su prometido compartían ideales revolucionarios ambos pertenecían al Comité Revolucionario, el de manera clandestina distribuía boletines en pro de la libertad, mientras que ella confeccionaba escarapelas y divisas tricolores para el uniforme de los voluntarios, también componía y entonaba canciones patrióticas.[1]
Su padre fue una de las víctimas del terremoto de 1812.
Se presume que tanto Henrique, Cecilia y du padre fueron masones al igual que Miranda, Bolívar y otros grandes hombres de la historia.[2]
Al declararse la Guerra a Muerte, el gobernador de la Villa de San Felipe en 1813, Don José de Millet, apresa a muchas personas de la zona entre ellas Cecilia Mujica, siendo separada de su prometido el cual fue enviado a prisión.
Mujica fue llevada hasta la zona conocida como “Zunzunes”, ahí fue atada en un árbol, al percatarse que sería fusilada Cecilia le entrega a uno de sus custodios Ambrosio Tejo un mechón de su cabello y sus anillos y le pide que sean entregados a su prometido, pronunciando estas palabras:
"De quien no tuvo la fortuna de ser su esposa, pero si la Gloria de inmolarse por la Libertad".
Cecilia Mujica fue fusilada en 1813 por las fuerzas realistas.El sonido de las armas se confundió con su grito de ¡Viva la libertad!