La perdida de valores, la violencia y la persecución política está cerrando las opciones de los periodistas venezolanos que desean cumplir con su labor.
El país se ha fragmentado en materia social y económica, la represión y la persecución está impidiendo el ejercicio del periodismo. Y es que no se trata solamente de un toma y dame entre el Gobierno y los empresarios, ahora todo aquel que pertenezca a un medio de comunicación y realice unas simples preguntas que resulten incómodas a un ministro u otra personalidad política, corre el riesgo casi eminente de perder su puesto.
Uno de los casos más recientes es la abrupta salida del aire del programa de Luis Chataing, el cual era transmitido por Televen. Chataing declaró en su programara radial que la medida obedeció a presiones ejercidas por altos miembros del Gobierno contra la planta televisora. En diversas ocasiones se le sugirió al animador cambiar un poco la tónica de su programa, ya que en éste se criticaba a través del humor al Gobierno.
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